viernes, 7 de junio de 2013

los ojos de mi bisabuela no tienen la culpa

soy tan falso como los dientes postizos
de mi bisabuela.
ella sabía que los libros salvan o destruyen.
y era analfabeta.
comía su pan dulce con leche por las noches
sentada en el rincón de la cocina
en casa de la abuela.
sus ojos eran como dos mares antiguos
donde habían nadado las sirenas
y habían navegado los mejores barcos.
donde algunos se habían hundido
y eternos horizontes fueron vislumbrados
por marinos y piratas.
los ojos de mi bisabuela no tienen la culpa
de estas cosas que digo.
pero es que esta tarde la recuerdo y me parece
verla chaca que chaca y chaca
con tus pantuflas viejas ordenando la casa,
eso lo cantaba Leonardo Favio
y de niño lloraba por ella y la recordaba
y hasta le platicaba.
cuando me anunciaron su muerte.
cuando vi cómo la enterraban.
ella toda y todo lo que sentía me quemaba.
recuerdo esos días y esas noches.
mi abuelita Natalia.
como quisiera escribirte algo digno
y luminoso, como toda tu vida.
como todas tus palabras y tus carcajadas.
escribirte algo con los campos que anduviste,
con la casa y con tus hijos,
con los cielos de Jalisco bajo los que creciste.
con el coraje que infunde la soledad
en la mujer que perdió a su hombre.
que se lo mataron.
tan valiente para luchar contra el hambre
y la desesperación.
"abuelita milagro que hace pan de la nada".
mamá Talla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bello, bello