domingo, 30 de junio de 2013

testimonio de la limpieza

la humedad se ha cargado con la mitad
de mi pequeña biblioteca.
y con algunos breves recuerdos luminosos
de una dulce mujer obsesionada
con las cascadas
y que una noche de verano,
entre sudor y vino tinto fresco,
me regaló un pergamino de colores
mientras prometía nunca separarse de mí.

las termitas han devorado otro tanto,
varios libros que no había leído
y que no pensaba leer.
por lo menos han servido de alimento.

los mosquitos chupan mi sangre, libremente,
parecen fantasmas cuyo testimonio
es imposible ignorar. pero no importa.

la lluvia ha dejado una lluvia de ranas
que saltan de aquí para allá
en este pequeño estudio
donde trato de escribir algo que valga la pena.

mis manos huelen a tierra mojada.
y estas palabras son la noche
donde la selva se adueña de todo.

¿dónde estará la mujer del pergamino?
quizá no haya dejado de prometer
amor eterno, a pesar de haber comprendido
que las historias de amor,
tarde o temprano, terminan por joderse.
espero que sea feliz.

sé que estas cosas resultan superficiales.
pero sólo quería dejar testimonio
de que la vida muchas veces es así.

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