martes, 25 de junio de 2013

los flamboyanes de la calle 72

el flamboyán al final de la avenida Colosio
bajo una luna tan clara
como una mañana soleada
parece decirme algo
o quiere
lo intenta
o quizá no es así
y nada más lo invento.
lo imagino.
decirme algo
un secreto anaranjado
como las cáscaras de la mandarina
pero es verano
y hace un calor como el café negro
calor de almacén sin ventilador
ni aire acondicionado.
quizá más bien quisiera que el flamboyán
me dijera algo.
un cuestionario para cuestionarme
mi destino
el azar operativo de mis muertes
que el flamboyán me dijera "tú no eres
responsable del pelotón que acribilla
tu frontera".
o nada, simplemente nada
de los días y mis caminos.
cómo saberlo
si la luz lo enmarca
en la violenta belleza de medianoche
y parece aislarlo del polvo
del lodo
de la Colosio
de sus casas desdibujadas
entre amargos etcéteras
y absurdos nadas tienes qué hacer
de borracho
que ignoran la suerte de su aparente
silencio.
y los niños lo ignoran
y las mujeres lo ignoran
y las parejas que fajan en las habitaciones
de las sombras y lo oscuro
lo ignoran
y los perros se orinan en su inhóspito tronco
crecido en la tierra baldía
de este barrio.
y pasa el viento
lleva la brisa del mar en sus manos.
refesca el calor.
y entonces
el flamboyán al final del la avenida Colosio
agita sus ramas
sus flores naranjas:
dice algo, ¿lo oyes?

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