viernes, 2 de enero de 2015

el cielo deja ver su rostro azul

el viento helado en la cara y el sol frío
las noticias hablan de muerte
el mundo avanza con las costillas rotas
sin alas y frágil en la inmensidad
del rabioso silencio infinito
nadie responde
las calles tranquilas con su voz
de canto profundo y lento
con su canto de piedras
el cielo deja ver su rostro azul
entre nubes lívidas que se tocan
las mujeres con sus ojos de causas
y azares y mañanas caminan solas
posibles en la realidad de sus secretos
las mujeres inmortales en su firmamento,
abrigadas con guantes y botas.
cuántas caricias van en esas manos
no tengo nada para darles
no es necesario
si alguien preguntara mi nombre
no sabría qué responder

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