jueves, 8 de enero de 2015

entre las ruinas

las huellas de la guerra están en todas
las ciudades, dijiste aquella tarde,
después de caminar por una iglesia
que no ha reconstruido el campanario.
la mantienen así, como memoria
de las atrocidades que es capaz
de cometer el hombre. la ciudad
es en sí misma huella de la guerra,
una trampa, dijiste, fragmentada,
el brillante espejismo de unas alas.
nadie puede escapar. después seguimos
recorriendo la tarde y su silencio.
caminamos despacio y te sentaste
a la sombra del árbol más frondoso.
había tanta calma entre tú y yo.
los jardines olían a la lluvia.

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