no hay nada que decir sobre tu falda
ni sobre tu manera de bailar
cuando has bebido más de tres mezcales
nada que añadir sobre tus miradas
cuando fumas y ríes de ladito
como si me invitaras a arrojarme
como si no existiera otra certeza
que tus labios pintados con el rojo
corazón de la noche
nada que decir sobre la feliz
expresión de tu escote que parece
roto por el calor y los abrazos
quisiera preguntarte, sin embargo,
si sabes existir, incluso cuando
nos hayamos perdido en otras páginas
cuando el tiempo se vuelva irreversible
la cuenta regresiva hacia la muerte
la memoria vertida en un instante
nada que añadir, nada que decir
sobre el resorte negro de tus bragas
atado a los latidos del deseo
miércoles, 27 de enero de 2016
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