miércoles, 20 de enero de 2016

tu sentido del orden

cuando en sus manos tienen los colores,
qué más pueden hacer sino pintar
cuadernos y paredes y ventanas,
rayar con los colores lo que a su paso encuentren
sus dudas, el silencio, las palabras,
con su impulso inocente de pintores salvajes
con sus manos pequeñas
con su imaginación interminable
no puedes exigirles menos
no puedes reprocharles su experiencia
sus ganas de pintar hasta el cansancio
aunque a ti no te guste
aunque tu casa quede como un barrio jodido
como una exposición de arte moderno
como casa de ricos
son ellos, una parte de ellos
sembrando sus colores,
la inocencia del fuego y de la música.
tú, qué puedes hacer sino esperar,
aceptar que tus moldes no funcionan,
no son nada, no son ni siquiera un poco de algo.
crees que tiene sentido la belleza aprendida
la que te han enseñado en cualquier parte.
tu sentido del orden, sólo es eso,
el sentido del miedo, el terror al vacío.
pero ni tus sentidos ni las paredes ni los árboles
durarán para siempre,
de qué sirve tener una casa inmaculada,
cristales tan brillosos como paredes blancas,
silencio pedagógico
paredes sin colores ni rayadas
por los pequeños niños de la casa
de qué sirve quitarles esas risas,
si al fin y al cabo son paredes, muebles,
si pueden mantenerse o repararse.
la vida justamente es eso:
unos niños rayando las paredes del mundo.

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