la plaza bajo un sol esplendoroso,
respirando las risas,
los abrazos, las cálidas palabras
de quienes se despiden,
de quienes otra vez vuelven a verse.
los niños persiguiendo a las palomas.
en los balcones, gritos callados de banderas
separatistas.
esa mañana, junto al azul Mediterráneo,
la vida, con su modo tan sencillo
de romper la ordinaria melancolía
de los hombres perdidos.
martes, 26 de enero de 2016
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