algunos días no
tengo ganas de escucharte.
quiero dejarte
lejos,
deshacerme de ti,
de tus ideas
sobre la levedad y
la tristeza del mundo.
hay días que no
tengo ganas de estar contigo,
trato de no arriesgarme
por tus sueños,
evito los
recuerdos, no importa de qué tipo.
evito los espejos.
la música que más te gusta.
sin ganas de mí
mismo ni de nadie,
la tarde de las
cuatro que se muere de frío
en el silencio
oscuro del instante,
donde la ciudad crece
hasta volverse
noche y autopista,
tiene los mismos ojos que los tuyos.
sin ganas de ti, pero sin poderte evitar.
qué quieres que te diga.
algunas veces, simplemente estoy
cansado de mí mismo.
es tan normal,
como querer quemar todas las naves.
mejor entrar a un
bar, pedir un whisky sin hielos
y esperar que la
nada
se lleve entre sus
alas la belleza
de esos momentos tan ridículos de mi vida.
mis flores del mal, mis flores del frío,
mis flores para nadie.
esperar y beber. ignorándome. soportándome.
riéndome de mí.
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