por la avenida pasan los autos de una historia
atravesada por la culpa del genocidio.
la derrota en los ojos de estas calles
el sabor a ceniza entre los dientes,
el dolor de aceptar el grave error
de querer conquistar el destino de los hombres.
los parques con sus árboles domésticos,
los muros de la iglesia y las ventanas del miedo
guardan en su silencio las palomas del terror.
nadie puede olvidar lo que ocurrió
y es difícil hablar de la desesperación
de ciertos corazones desgastados.
domingo, 31 de enero de 2016
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