viernes, 29 de enero de 2016

otro fragmento

rodeado de palabras para sobrevivir
al extraño sentido de percibir la noche
su pálida agonía de trenes detenidos
de calles solitarias como un viejo poema
calles de una ciudad generosa y prescindible
no sé si es mi deber escribir sobre nosotros
sobre los viajes hacia el fin del mundo
sobre lo que callamos y no diremos nunca
sobre ti y sobre mí en un departamento cálido
en una ciudad junto al mar Caribe
si acaso el beso aquel al salir de la cantina
fue la eternidad nuestra a las tres de la mañana
una historia tan simple como nada

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